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jueves, 15 de diciembre de 2011
Vuelta al Blog.
Bueno pues volví, luego de mucho tiempo sin escribir, por mi jardín pasaron un par de cosas interesantes y un par de cosas me desanimaron. nació el eneldo hace unos días, vigorosos brotecitos de apenas unos centímetros en el día 12 de su germinación me hicieron sonreír y me alegraron mucho. Noté que las cretonas que compramos hace unos días se destiñen si quedan unas pocas horas al sol y que es mejor dejarlas en la sombra. Yia creció un par de centímetros mas, pero Nia no ha cambiado en nada, me desanima saber que Yia tiene Oidio, si un hongo y no sé que hacer, todavía no aplicamos la kaotrina... en fin el jardín no cambio mucho, solo llegaron las dos cretonas y el jazmín enano para cambiar apenas un poco el paisaje... eso es todo por ahora.
martes, 29 de noviembre de 2011
Otro día mas en el Jardín
Hoy y ayer no puede hacer mucho en el patio, ayer simplemente volví a colocar el tabaco y lo que quedaba de agua hervida y agua jabonosa. También herví un menjunje de cosas para las plantitas, puse ajos para el azufre y cascaras de limón y naranja para alejar insectos. Después guardé en frascos la preparación. Casi al finalizar el día mi madre y yo podamos el Laurel.
Hoy me levanté como siempre temprano, fui al patio y comencé a podar mis plantas, sé que no es el mejor momento para hacerlo porque con el calor no es muy conveniente pero como me voy casi un mes entero necesito dejar mis plantas bien cuidadas. Cuando mi madre volvió de trabajar armamos la pileta (pelopincho chiquita.). Supongo que eso va a ayudar un poco con el clima del patio. Esta noche pienso regar las plantas porque he notado que toman mejor el agua en la madrugada que durante el día. Pienso probar con el agua hervida mañana para que puedan absorber mejor los nutrientes. Hoy creo que no haré mucho más hasta la noche cuando no haga tanto calor.
domingo, 27 de noviembre de 2011
Atomidera: El descubrimiento mas eficaz para el jardín
Hoy en la mañana me desperté temprano y regué mis plantas una por una con dedicación y cariño. Luego fui de compras con mi madre y conseguí lo que sería mi primera inversión del jardín, conseguí una guía de jardinería básica, que habla sobre el tiempo de las plantas y las frutas y sus estaciones etc. Un atomizador que también servía de regadera. Cuando lo probé fueron bastante efectivos ambos usos, me ayudó mucho a la hora de utilizar mi anti pulgón y también sirvió con el agua hervida de las acelgas que comeremos mañana en canelones, me quedó un frasco lleno, que pienso usar en unos días mas.
Otra cosa que compré bastante en desacuerdo con mi madre fue kaotrina, un insecticida y hormiguisida, que aún no pruebo en mis plantas, pero a pesar de estar en desacuerdo era lo mas barato y efectivo que encontré. Iba a comprarme unas semillas de girasol para plantarlas y tener esas hermosuras en mi patio pero mi madre se opuso cuando vió el precio de las semillas, seguí buscando y encontré unas plantas que no eran flores ni frutales, encontré semillas de Eneldo que además de ser bastante mas baratas están justo en época de siembra, crecen bastante rápido y si las cuido bien sirven para las comidas, eso me entusiasmó un poco mas.
Seguí viendo cosas interesantes y entonces miré algo de lo que me enamoré, era una maceta lo suficientemente grande como para mi palta cuando ya sea algo mas grande tenía algo de 70cm de altura y 60cm de diámetro, era redonda y de color borrabino, era tan hermosa, pero estaba bastante cara y no la necesito por ahora.
Vi también un complemento de hierro que salía algo de 15$ argentinos, el medio kilo. Pero pensé que era mejor probar con las verduras hervidas primero.
En la tarde filtré el contenido del frasco del anti pulgón hecho el día anterior en mi nueva adquisición a la que llamé atomidera (Atomizador + Regadera) y se lo apliqué a mis dos paltas y luego a otras plantas que también llaman a los pulgones y otros insectos.
Luego de lavar la atomidera utilicé el agua de las acelgas hervidas sin sal y regué con ella a Nia que estaba amarillenta y que creo que le falta hierro también se lo di a un Laurel, una Ruda y una planta que no le sé el nombre y en casa no se acuerdan como se llama pero que también anda medio tristona.
Después de eso regué mis plantas pero en el pie de sus troncos para no debilitar sus hojitas.
Ya un poco cansada me senté a tomar matecitos y comer galletas de agua con mermelada y mas tarde volví al trabajo.
Planté mi Eneldo de sobrecito. Primero busqué dos macetas pequeñas porque pienso poner un plantin de Eneldo en la cocina para tenerlo a mano y darle un olorcito aromático a la casa y otro en el patio para ver si ayuda en algo para ahuyentar a los insectos. A ambas macetas les puse unas piedras en el fondo y tierra. Coloqué las semillas y las tapé con más o menos 1cm de tierra. Aplasté un poco la tierra y regué las macetas. Así terminé con mi labor de hoy.
Primeros días
Leí en una pagina un par de insecticidas, fungicidas y acaricidas ecológicos, justo lo que buscaba, así que me puse manos a la obra a ver si servían en mis paltas, hablo tanto de ellas porque no quiero que se enfermen y en realidad creo que tengo un poco de miedo a fracasar con ellas.
Lo primero que le propuse a mi madre era cambiar de lugar la palta mas pequeña que fue la que mas tardó en germinar creo que fue por el hecho de que la planté al revés y tuvo que dar toda una vuelta, esta estaba verdosa amarillenta y con una hojita medio comida lo que me afligió mucho.
Busqué la maceta más grande de casa, que habrá tenido entre 15 y 17 cm de diámetro, era redondita y color Borravino, le puse una piedritas en el fondo para que el agua no pudiera escaparse al regar mi futuro árbol de sombra y deliciosos frutos, luego una capa de tierra de 3 o 4 cm y mi madre sacó con mucho cuidado la planta del cantero, la puso en la maseta y la terminamos de llenar de tierra, la apreté un poco, pero lo suficiente como para que tenga oxigeno y le puse unas piedras decorativas arriba, eso era como una forma de darle cariñito.
Lo segundo de lo que hablé con mi madre fue un Guía para las plantitas, su
Tallo estaba creciendo y lo que menos quería era una planta torcida y descuidada.
Para la palta que llamaremos “Yia” (la que mencioné de tallo de 1cm de diámetro y 50cm de altura) encontré un liso y recto palo de escoba lo enterré en el suelo fértil y lo até al tallo de Yia, luego a mi otra palta que llamaremos “Nia” (aquella pequeña medio enfermita) utilicé un trozo de una percha de madera que estaba roto, lo bastante largo y recto como para ayudar en su crecimiento a Nia.
Lo tercero que hice, fue hacer un “anti pulgón”, que consistía en agua con jabón blanco, eso no fue difícil hasta que me di cuenta que ningún atomizador de los de casa servía, entonces con mi agua jabonosa en un frasquito me acerqué a las dos plantas que estaba usando de conejillo de indias, Yia y Nia, les volqué un poco el contenido en sus hojas y lo esparcí bien con las manos enjabonándome hasta las muñecas, así remojé con agua y jabón mis pequeñas plantitas.
Lo siguiente fue otro anti pulgón casero que mi madre me enseñó a hacer, en el mismo frasco que usé antes, luego de lavarlo bien y quitarle toda la babaza del jabón puse en contenido interno de cuatro cigarros sin filtros ni papeles, a esto le agregué agua y lo dejé estacionar toda la tarde y noche hasta el domingo en la mañana.
Mis comienzos en la jardinería
Hace algo de un año y medio planté dos bulbos de palta, sin darle atención al clima, al suelo, a la humedad, etc. Aunque con esperanzas de que crecieran nunca me entusiasmó mucho la idea de la agricultura, pero aun así siempre tuve afinidad con las plantas y con las frutas y hortalizas.
Pasó el invierno y casi seis meses después cuando ya había dado por podrido el bulbo de mis paltas y por muertas mis ilusiones un pequeño par de hojitas salieron a la luz solar y ahí me uní un poco a las ideas de jardín. Pero sin ningún tipo de experimentación practica.
Mas tarde vi en un programa de televisión una ECOALDEA, este medio de vida me llamó poderosamente la atención, es decir, alejarse un poco de la contaminación y cuidar plantitas ¿que tan difícil podía ser?, comenzó mi investigación y cuando vi el esfuerzo mas me llamó la atención. Quizás no pueda alejarme mucho de la idea del consumismo energético y la contaminación, pero eso de la auto–sustentabilidad me atraía mucho.
Comencé a tenerle mucho mas aprecio a mi jardín ¿que podía hacerle de malos unos cariñitos a mis dos paltitas?, solas en un cantero lleno de otras plantas que no conocían, y que había de malo en quizás pasar por su lado y decirle “mi bebé mirá como estas de grande” o acariciarles las hojas. Así me adentre más en un mundo de jardinería.
Hablando con mi madre, una mujer sabia, bastante multifacética, creadora del cantero del patio y cuidadora de muchas plantas me comentó “Deberías despedirte de tus paltas porque se hacen arboles y acá en casa no podemos tener arboles.” Yo asentí en ese momento, pero ese comentario me perturbó, mis paltas, ¿matarlas y dejarlas tiradas por ahí?, ¿Dárselas a alguien que no las sepa valorar?, ¿Regalarlas? Ninguna de esas ideas me gustó, entonces comenzó mi practica, la mañana del sábado 26 de noviembre de 2011 entendí que debía responsabilizarme de mis paltas, una de ellas ya tenia un importante tallito de 1 cm de diámetro y 50 cm de altura, no podía hacerme la tonta mas tiempo. Comencé investigando en internet sobre la palta, y descubrí muchas cosas interesantes, no pensé en dejar mi palta menos después de todo lo que había leído sobre sus cualidades, altura, sombra, hermosura, pero más que nada FRUTO…
Antes de caer en manos de mi vegetarianismo (ovo-lacto) mucho antes, comí palta por primera vez, una deliciosa mayonesa de palta, aplastado el fruto sin cascara y sin el bulbo que años mas tardes planté, con sal, aceite y mucho amor, comí por lejos el fruto mas delicioso que nada pueda igualar, cuando mi alimentación cambió me di cuenta lo caro que era y el esfuerzo que hacía mi madre para que todo mi organismo estuviera equilibrado, aunque los primeros meses se enojó y quería obligarme a comer carne, a lo cual me opuse mostrando resistencia.
En fin la mañana de ese sábado, no tenía nada mejor que hacer, de vacaciones aburrida y con mi mamá enojada conmigo y dándome ordenes de acá a alla, me dijo “¡Y ME REGáS EL JARDIN!.” Cuando fui al patio y me acerqué a las plantas y las vi así solas y al amparo de quien sabe qué, algunas un poco enfermas, pensé porque no ayudar a mi madre en el jardín un poco mas, investigue, revisé las plantas y noté que enfermedades tenía que planta y si habían plagas azotando mis pequeñas paltas indefensas.
Así me adentré en este mundo que me tiene atrapada.
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